Del Caos, el Balance y la Santísima Trinidad

Nos hemos ocupado en el pasado de interrogar al Cosmos sobre la extraña dicotomía que subyace tras el Balance y el Caos, representado en el paradigma originalmente canalizado en el Material Ra (Law of One); allí Ra, el astronauta del pasado, el daemon del futuro de nuestro respetado Don Elkins, interrogaba y hacia evocar bajo trance a Carla Rueckert: (1)
P: Entonces, pareciera que aquellos en el camino positivo en contraste con aquellos en el camino negativo tendrían precisamente el objetivo en común en los tres primeros rayos: rojo, naranja y amarillo [cf. los tres primeros chakras: raíz, sacro y plexo solar]. Cada camino sería intentar utilizar los rayos de maneras opuestas, precisamente. ¿Es esto correcto?
R: Soy Ra. Es parcialmente e incluso sustancialmente correcto. Existe una energía en cada uno de los centros necesarios para mantener el complejo mente/cuerpo/espíritu, el cual es el vehículo para la experiencia, en una conformación y composición correcta. Ambos seres harían bien en reservar esta pequeña porción de cada centro para el mantenimiento de la integridad del complejo mente/cuerpo/espíritu. Después de este punto, sin embargo, es cierto que los
seres de orientación negativa utilizarán los tres centros inferiores para la separación y el control sobre otros por medios sexuales, por el engrandecimiento personal, y para la manipulación social. En cambio, los seres de orientación positiva intentarán transmutar la energía sexual en transferencias de energía de radiación verde [chakra del corazón], azul [chakra de la garganta] e índigo [chakra de la intuición] y continuarán transmutando ellos mismos, ubicándose en situaciones dentro de la sociedad en las que puedan servir a los demás y, eventualmente, irradiar hacia los demás sin esperar nada a cambio.
Ra, una consciencia que manifiesta brindar respuestas de una entidad de Sexta Densidad (un centro mental), parece estar refiriéndose al concepto esotérico del Camino Siniestro y el Camino Recto; el primero, en términos de la Teoría de Desintegración Positiva del doctor Dabrowski, consiste en el crecimiento lateral, donde los impulsos egocéntricos son acentuados en ausencia de un conjunto integrado de valores internos, mientras que en el segundo caso, conocido como crecimiento global, los rasgos altruistas son conscientemente perseguidos en los individuos con estructuras psicológicas altamente desarrolladas.

Asimismo y de forma algo velada, Ra informa que el Camino del Balance requiere del trabajo interior alquímico para reencausar la energía libido —que de manera mecánica se vierte en el impulso sexual— hacia los centros superiores; el ojo entrenado reconocerá la mención de los sucesivos colores radiantes como el lento pero continuo ascenso del orgón, por medio de la bomba sacra del cóccix, conocido como Rosario de los Filósofos; en la transcripción del 15 de Abril del 2000 de las Sesiones Cassiopaea, parece vincularse este aspecto con la estimulación endógena de la glándula pituitaria:
P: (Johan) El intercambio de información es algo en lo que he estado involucrado por muchos años...
R: Pero este proceso se está expandiendo de forma natural de todos modos debido al crecimiento exponencial de su tecnología
[¿la interconectividad que brinda Internet?]. Y esto, por cierto, es una componente integral en la eventual transición a la Cuarta Densidad. No a causa de la tecnología, pero sí por la explosión de la base de conocimientos que facilita.
P: (Jan) ¿Cuál es exactamente la función de la glándula pituitaria en sus referencias a Stonehenge?
R: Esta glándula es su enlace ascendente
[literalmente “uplink”].(2)
P: (Laura) ¿Es posible que la hipófisis puede ser estimulada por fuentes externas, tales como las ondas de radio, las ondas de una supernova, u otras frecuencias en el medio ambiente?
R: Sí, y han habido experimentos derivados.
Ahora bien, si la glándula pituitaria —nuestro uplink cósmico— pueda ser estimulada por fuentes externas tales como una supernova, nos permite traer a mención la profecía del búlgaro Peter Deunov, quien pocos días antes de su desaparición, hizo la siguiente predicción bajo trance mediúmnico: (3)
Durante el paso del tiempo, la conciencia del Hombre ha atravesado un largo período de oscuridad. Esta fase, que los hindúes llaman “Kali Yuga,” está a punto de culminar. Nos encontramos hoy en la frontera entre dos épocas: la de Kali Yuga y la de la Nueva Era en la que estamos ingresando.

Una mejora gradual ya se está produciendo en los pensamientos, sentimientos y actos de los seres humanos, pero todo el mundo pronto será subyugado por el fuego divino, que los purificará para prepararlos para la
Nueva Era. Así, el hombre se elevará a un grado superior de conciencia, indispensable para su entrada a esta Nueva Vida. Eso es lo que se entiende por “Ascensión.”

Algunas décadas pasarán antes de que este fuego venga, que transformará el mundo trayendo consigo una nueva moral. Esta inmensa ola viene del espacio cósmico e inundará toda la Tierra. Todos aquellos que traten de oponerse a ella serán llevados y transferidos a otra parte.
[...] El fuego del que hablo, que acompaña a las nuevas condiciones que se ofrecen a nuestro planeta, va a rejuvenecer, purificar y reconstruir todo: la materia será sutilizada, vuestros corazones se liberarán de la angustia, los problemas e incertidumbre, y se volverán luminosos; todo será mejorado, elevado; los pensamientos, sentimientos y los actos negativos serán consumidos y destruidos.
La Supernova que renueva la Tierra,
Igne Natura Renovatur Integra
Este Caos vs. Balance nos permite apreciar algo interesante pero poco evidente: el Caos, si pudiese, devoraría al Balance, en cambio, el Balance permite la existencia del Caos; poéticamente hablando, podríamos señalar que la Creación es tan perfecta que admite la Imperfección.

Aquí también, el ojo entrenado apreciará algo importante: podemos circunscribir la orientación del Balance con el respeto y enaltecimiento del libre albedrío; esta es la razón por la cual las entidades creativas de orden superior no borran de un plumazo a las entrópicas: se comprende su necesidad existencial pues son el mecanismo que decanta en el progreso espiritual de los oprimidos y desganados. Esta opresión no sólo es física —como el gen egoísta que señaló el etólogo Richard Dawkins— sino psíquica: la Tierra es hoy un centro de operación alienígena para la producción a escala cósmica de loosh: las emociones negativas que nutren a la jerarquía etérica; hemos de hacer notar enfáticamente que esta clase de emociones radica su existencia en el desbalance e ignorancia.

Mucho del constante sufrimiento humano se podría explicar con la existencia de entidades invisibles que se alimentaran del destilado energético de la bioquímica de la angustia. Esta ignorada realidad nos permite traer a mención a los Sembradores de Robert Monroe, también denominados como los Arcontes del Destino por el rosacruz John Baines, siendo los hábiles ingenieros antropecuarios que profitan con el sufrimiento del ganado humano, convenientemente cegado de su condición cósmica tras continuas manipulaciones de sus genes y una hábil programación planetaria de sus religiones.

Ahora bien, un análisis más profundo nos permitiría observar que el Absoluto se distorsiona en dos corrientes antagónicas, pero que a través del discernimiento, surge una tercera que las reintegra al lograr el Balance; en palabras del místico Daniel Ruzo de los Heros, estaríamos frente a una Santísima Trinidad:
  1. el servicio a sí mismo (STS/SAS): cuando se desconsidera la libertad ajena en pos de la propia,
  2. el servicio a todos (STA/SAT): cuando prima la libertad ajena aun a riesgo de la personal, y
  3. el servicio al prójimo (STO/SAD): cuando se logra el Balance.(4)
La pasividad y la reactividad, es decir, las conductas mecánicas programadas, ya sean aquellas que enfaticen el modelo basado en el Complejo-R (supervivencia o servicio a sí mismo) o hayan sido impuestas por el condicionamiento social y/o religioso (sumisión o servicio a todos) se encuentran polarizadas, bien alejadas del centro de una toma de decisiones inteligente donde impere el discernimiento en función del Balance; el servicio al prójimo promueve el progreso espiritual pues, en términos sucintos, honra el esfuerzo inteligente.

La programación religiosa planetaria, escenificada con espectacularidad ufológica por hambrientas entidades que obtuvieron y aun obtienen provecho de esta caótica polarización, logró instaurar las religiones teocráticas con un excelente rendimiento energético basado en la devoción masificada junto a los conflictos bélicos detonados por las dogmáticas “guerras santas,” en claro detrimento del avance intelectual y espiritual de la Humanidad. El Judaísmo ha enfatizado las conductas de supervivencia (STS/SAS), mientras que el Cristianismo —al fin y al cabo, un subproducto judío— acentuó el paradigma de sumisión y mortificación (STA/SAT). Obviamente y durante largos períodos intermitentes de la historia, los papeles se invirtieron y tergiversaron más de una vez: nada escapa de la natural Ley del Karma; pero aun así, jamás llegaron a una síntesis común.

Hemos de reconocer, no obstante, que ambas religiones fueron la tierra de cultivo de determinados individuos que lograron el esclarecimiento, confluyendo en una armoniosa síntesis de sendas distorsiones; fueron conocidos desde la periferia literaria como maestros Alquimistas o Rosacruces: aquellos que lograron la trascendencia del espacio-tiempo.

* * *
*