Las religiones occidentales carecen de un elemento clave que abunda en las orientales: la reencarnación. No obstante, el ojo entrenado merece esforzarse en considerar este aditivo occidental gnóstico —o maniqueo si se prefiere— como una especia aromática que puede envenenar la estadía terrestre; una buena analogía a Apocalipsis 10:10: “Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré, y fue en mi boca dulce como la miel; pero cuando lo comí, amargó mis entrañas.”
La reencarnación, entendida desde la óptica del magisterio de cualquier religión oriental, no se observa como una recompensa, fruto de un Dios compasivo que brinda al hombre una nueva oportunidad en los Jardines de su Viña, sino como una dura condena: el alma es cegada de las realidades espirituales, desvaneciendo casi cualquier vestigio de su memoria y es arrojada nuevamente al ciclo incontrolable del nacimiento y muerte: tal es el significado que se esconde en la décima carta del Tarot.
El proceso reencarnativo parece estar en directa relación con el cerco etérico que rodea a la Tierra, y que detectaron tanto Robert Monroe en sus Viajes fuera del Cuerpo, como Trevor James Constable en su obra The Cosmic Pulse of Life: The Revolutionary Biological Power Behind UFOs, quienes terminaron conectándolo con entidades detrimentales de un reino material en octavas superiores de consciencia que profitarían con determinadas energías humanas. Lejos de estas referencias actuales, Mircea Eliade comenta en su libro El Chamanismo y las Técnicas Arcaicas del Éxtasis (cap. XVIII, El puente y el “paso difícil”):
Los chamanes tienen que atravesar, como los difuntos, un puente en su viaje a los Infiernos. El éxtasis supone, igual que la muerte, una “mutación,” que el mito transforma plásticamente en un paso peligroso. [...] El simbolismo del puente funerario está universalmente extendido y rebasa la ideología y la mitología chamánicas. Este simbolismo es solidario, por una parte, del mito de un puente (o de un árbol, o de un bejuco), que en otro tiempo enlazaba la Tierra con el Cielo, y merced al cual los hombres se comunicaban fácilmente con los dioses; por otra parte, está relacionado con el simbolismo iniciático de la “puerta estrecha,” o con un “paso paradójico” que ilustraremos con algunos ejemplos. Nos hallamos ante un conjunto mitológico cuyos principales elementos son los siguientes:
- in illo tempore, en la época paradisíaca de la humanidad, un puente unía la Tierra con el Cielo, y se pasaba de uno al otro sin tropezar con obstáculos, porque no existía la muerte;
- una vez interrumpidas las comunicaciones fáciles entre Tierra y Cielo, ya no se pasa por el puente, sino se trasciende “en espíritu,” esto es, como muerto, o en éxtasis;
- este paso es difícil, en otras palabras, está lleno de obstáculos y no todas las almas consiguen atravesarlo: es preciso vérselas con los demonios y los monstruos que querrían apoderarse del alma y devorarla, o el puente se hace de pronto tan sutil como el filo de una navaja cuando caminan por él los impíos, etc.: sólo los “buenos” y especialmente los “iniciados” cruzan con facilidad el puente (estos últimos conocen, en cierto modo, el camino, puesto que han sufrido la muerte y la resurrección rituales);
- algunos privilegiados consiguen, no obstante, atravesarlo en vida, ya en éxtasis, como los chamanes, ya “por la fuerza,” como ciertos héroes, o ya, por último, “paradójicamente” por la “sabiduría” o por la iniciación [...]
- la reencarnación existe en el sentido que el embrión del alma es “transplantado,” de un organismo decrépito a uno nuevo que se esté gestando; este es un procedimiento más bien mecanizado en el que la voluntad de un ser humano poco puede hacer;
- la reencarnación no se da en portales orgánicos (seres cuaternarios) dado que no tienen “alma,” sino que la están desarrollando en el mejor de los casos; (1)
- para aquel porcentaje de la población que no es portal orgánico, es inevitable la reencarnación, dado que el proceso es “administrado” por las entidades de consciencia superior negativas que están en 4ª densidad; estas entidades han “industrializado” el proceso de reencarnación y existen pocas salvedades que un ser humano almado se “salve,” esto es, que logre ingresar definitivamente a 5ª densidad; en este sentido, se puede asociar la visión con algunas corrientes modernas de ufología que sostienen la posibilidad de que las entidades alienígenas “capturen almas,” pues su core business radica en el tráfico y lucro con este procedimiento, no estando sometidos a las leyes espaciotemporales de la 3ª densidad; por lo tanto, pueden “injertarla” en aquella época y geografía que les provoque mayor ganancia de “loosh,” es decir, donde obtengan mayor rinde emocional en función del karma del ser en gestación;
- existen dos casos excepcionales que libran al alma del Ciclo Incontrolable de la Vida y la Muerte:
- cuando el arcontado detecta un ser humano lo bastante psicopático como para que les sirva en el “arreo” y manipulación de la granja antropecuaria: estos son los “guías” o “maestros ascendidos” que se aparecen en cuantía alrededor de cualquier médium;
- cuando un ser humano logra gestar su embrión áureo, es decir, su alma se encuentra desarrollada y suficientemente madura; a esto se lo conoce como la Piedra Filosofal de Tercer Orden.
El Secreto de la Flor de Oro es una guía completa hacia el tercer bardo (Sam-ten bardo, una subregión del Shi-nay bardo: el bardo de transición entre vidas). Es un mapa para un viaje exitoso hacia el siguiente bardo: Chik-khai. La buena noticia es que, una vez aprendida la meditación de El Secreto de la Flor de Oro, ya no se trata del argumento de la película Groundhog Day —no se olvida en el siguiente bardo— dado que ahora formará parte del baúl de trucos del eterno Espíritu Primordial para afrontar el ciclo incontrolable de vida y muerte. De hecho, al adquirir las técnicas de El Secreto de la Flor de Oro, no sólo se obtiene los medios para lidiar con la Mente Egoica, sino también con las herramientas para seguir la vía correcta en la vida: libre de adicciones y de conductas autodestructivas. Aun más: no sólo provee de un uso inteligente de las energías sutiles, sino que además esta meditación prepara al novicio para el bardo Chik-khai, al momento de dejar el cuerpo.
Aquellos que detentan el poder en el plano físico y rigen la Rueda de la Fortuna de la Granja Antropecuaria |
[...] Como hemos indicado anteriormente, su mundo es visto como un gran almacén de recursos biológicos; así que mientras los Visitantes pretenden los recursos minerales de su mundo, también quieren cosas más elementales para las necesidades de la vida. [...] Ellos necesitan sangre; necesitan de los efectos curativos que proveen los fluidos vitales. Necesitan plasma; necesitan de los elementos biológicos sobre los que se constituye la vida, y que son necesarios para la sustentación orgánica. Y esto significa que los necesitan a ustedes como un recurso biológico.Hemos hablado en más de una oportunidad sobre el Programa de Pacificación que opera subconscientemente sobre la humanidad y que parte de su aplicación es, la más de las veces, rutinaria aunque, en determinados casos puntuales, es claramente punitiva como se observa a través de la recuperación de la memoria de los abducidos. Dicho programa cuenta con dos aristas diferenciadas: la primera consiste en programar contactados, de manera que evangelicen e inyecten el programa y las directivas sociales o religiosas del arcontado de acuerdo a la facción alienígena operante: no hemos de olvidar que la desconsideración externa es una propiedad que identifica a los psicópatas y narcisistas. En esta clara pregunta que hace Griffith a la facción del Colegio Invisible,(3) se puede apreciar claramente como ambos bandos actúan desestimando el libre albedrío al usar la mente humana como terreno de batalla:
Una cosa es pensar que su mundo será utilizado para servir a otros poderes; pero la idea de que uno mismo sea utilizado para servir a este poder es un asunto totalmente distinto, y representa una violación a los derechos fundamentales. Esto, por supuesto, se encuentra totalmente oculto de su agenda pública, no informándose nada al respecto a los representantes humanos que forman parte de su Programa de Pacificación [...]
Los alienígenas están aquí para hacer negocios; y ustedes son parte del negocio: vuestras manos, vuestros ojos, vuestros órganos reproductivos, vuestra sangre, vuestro plasma, vuestra bioquímica: todo esto es parte de su negocio. Para ellos, ustedes no son más que ganado semi inteligente en pie: útil, interesante y comercialmente importante.
P: En este punto, parece necesario hacer relucir un punto que puede preocupar a algunos lectores. Es muy natural que se cuestionen: “No me gusta la idea de que una entidad u otra persona pueda implantar en mi mente una idea que voy a considerar como el producto de mi propia memoria o creatividad. Es una invasión de mi privacidad y a mi derecho a tomar decisiones por mí mismo.” Desde un punto de vista puramente ético, tengo que estar completamente de acuerdo con esta afirmación.El segundo y más intrincado modo de operación consiste en actuar como “marca personal” sobre los individuos que, merced a su actitud, vehemencia y constante vigilia de sus propios actos, han rechazado las directivas del Programa de Pacificación, y comienzan su tarea hercúlea del despertar de consciencia. Este despertar dista de cualquier visión edulcorada o alambicada de la Nueva Era e imbrica un férreo trabajo personal en donde las energías burdas de los centros psíquicos inferiores son sublimadas en la búsqueda de la morosa Iluminación y reconexión con el Ser Esencial presente en 5ª densidad.
R: Todo lo que podemos decir es, “¿preferirías ser reclutado en el ejército para luchar contra seres tan malvados como Hitler o luchar de su lado?” La mayoría de la gente de la Tierra simplemente carecen de la fuerza psíquica o conocimiento espiritual para permanecer neutral en la guerra entre los Teócratas y el Colegio Invisible. Si no manipulamos subconscientemente, entonces los Teócratas lo harán de todos modos. Justificamos esto de acuerdo a nuestro propio código de ética simplemente aplicando el principio de “el mayor bien.” Un individuo influenciado tanto por el Colegio Invisible como por los Teócratas tiene más libertad en el largo plazo que uno manipulado sólo por los Teócratas.
El aspirante debe comprender, además de profundizar por su cuenta en la copiosa bibliografía que citamos y disponemos para su propia e inedulible tarea de destilar conocimiento, que la decisión de dar inicio a la pericia del Arte no es asunto sencillo y requiere de preparación, insistencia, aplomo y templanza: la etapa del nigredo, como James M. Pryse nos advierte en The Apocalypse Unsealed, se trata de sufrir con antelación el propio apocalipsis o vía crucis personal. Sepa el neófito —aunque equivocadamente nos pueda etiquetar de desmesurados,— que deberá apertrecharse para una batalla mortal por su propia alma, pues el enemigo a conquistar, su propio subconsciente, desplegará un nivel de astucia de una inmensa crueldad que alcanzará proporciones desconocidas frente a cualquier antecedente en la historia personal del aspirante; pues con cada giro de la rota microcósmica, se le estará extrayendo energía vital a las entidades parasitarias que cohabitan su propio microscosmos, y éstas se defenderán articulando con el sistema de control hiperdimensional supinos sincronismos negativos con el objetivo de usurpar cualquier atesoramiento logrado.
Estas entidades negativas son los astutos introyectos de la psicología o los evasivos implantes de la ufología. Coincidiendo con Gurdjieff y Ouspensky, animamos al Buscador de la Verdad a estudiar previamente y en profundidad el comportamiento de estas alimañas exógenas, dado que al ver limitado su suplemento energético, desatarán toda clase de ataques: desde comportamientos destructivos, pensamientos aberrantes a desequilibrios endócrinos que provoquen un ataque de pánico. Estos agregados psicológicos detrimentales, inmersos en los tenebrosos intersticios provocados por antiguas negligencias ajenas y pasadas indulgencias propias, de acuerdo a su variada naturaleza, buscarán cualquier forma hostil, lisonjera o manipuladora para retomar el control del precioso destilado. Finalmente, sólo será el temple del Buscador aquel factor determinante que dará por superada la batalla; cabe entonces recordar las palabras del filósofo austríaco Rudolf Steiner en Die Erkenntnis der Seele und des Geistes (La realización del alma y del espíritu):
Hay seres en los reinos superiores para quienes la ansiedad y el miedo que emanan de los seres humanos son sus manjares predilectos. Cuando los seres humanos no tienen ansiedad ni miedo, entonces estas criaturas mueren de hambre. Las personas que aún no estén suficientemente convencidas de esto tal vez consideren esta afirmación como una alegoría. Pero para aquellos que estén familiarizados con este fenómeno, sabrán que es una realidad. Si el miedo y la ansiedad irradian de las personas y se desatan en pánico, entonces estas criaturas encuentran su fuente de alimento y se vuelven más y más poderosos. Estos seres son hostiles hacia la humanidad. Todo lo que genere sentimientos negativos, ansiedad, miedo, superstición, desesperación o duda, son en realidad las fuerzas hostiles de los mundos suprasensibles, lanzando crueles ataques contra los seres humanos mientras se alimentan. Por lo tanto, es necesario que la persona que comienza a ingresar en el mundo espiritual supere el miedo, los sentimientos de desamparo, la desesperación y la ansiedad. Pero estos son precisamente los sentimientos que pertenecen a la cultura contemporánea y al materialismo; porque lo que distingue a las entidades detrimentales de los reinos superiores, es su facilidad para desatar la desesperanza y el miedo a lo desconocido en los seres humanos, obteniendo un caldo nutritivo para las fuerzas hostiles antemencionadas.
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Las almas humanas —es decir, no cualquiera de ellas, sino las que son piadosas— son en cierto sentido daimónicas y divinas. Una vez separadas del cuerpo, después de haber sostenido el combate de la piedad (que consiste en conocer a Dios y no perjudicar a nadie), un alma así se convierte totalmente en intelecto. El alma impía, en cambio, se queda atada a sus tendencias y ella misma se impone su castigo buscando un cuerpo material, un cuerpo humano [...](2) Una muestra de estos castigos son recurrentes en la vida de Charles Fort:
“No he cobrado por una historia desde mayo,” escribió en su diario en diciembre de 1907. “Me quedan dos dólares. Watson me ha estafado de $ 155. Dreiser me ha devuelto dos historias que me dijo que iba a comprar, una incluso se anunciaba para aparecer en su próximo número... Todo está empeñado... No puedo escribir. No puedo hacer otra cosa para vivir. Mi mente está llena de imágenes de mí mismo cortándome la garganta o saltando por la ventana.”Asimismo, el prestigioso investigador John Keel había comentado algo parecido en su libro Operation Trojan Horse:
En sus primeros diarios, notas y cartas (ahora conservados en la Biblioteca Pública de Nueva York), Fort se quejaba de frecuentes episodios de depresión y oscuros estados de ánimo suicidas. [...] Tenía una personalidad de tipo maníaco-depresiva y es posible que su enfermedad parecida a la malaria fuera una misteriosa dolencia física típica de aquellos afectados por tales personalidades.
Asentí y volví a mi auto. Tenía un largo camino por recorrer esa noche y muchos problemas en mi mente. Parece que no tuve más que problemas desde que había comenzado a estudiar los casos de Ovnis.Lo mismo es posible encontrar en la biografía de la ufóloga Barbara Bartholic y en las palabras que mencionó a su editor nuestro apreciado Joseph Fisher, autor de El Canto de Sirena de los Fantasmas Hambrientos: “una variedad de problemas personales, incluyendo una creciente lista de dificultades económicas, pareció haberlo empujado al límite; según me señaló, las entidades estaban atacándolo por haber escrito este libro.”
(3) En el nivel de existencia inmediatamente superior a nuestra realidad física parece estar formado por dos principales facciones que desconsideran el libre albedrío humano: el bando de los Teócratas y el grupo del Colegio Invisible; sendas congregaciones reclutan seres humanos para ser sus portavoces o representantes. Cf. War in Heaven de Kyle Griffith.